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Ayudar a más familias a través de los servicios de acceso a la vivienda -- Habitat for Humanity Int'l 1

Ayudar a más familias a través de los servicios de acceso a la vivienda

Por Steve Weir

 


Un futuro propietario de una casa Hábitat aprende a fabricar bloques machimbrados en la comunidad de Muang Len en Chiang Mai, Tailandia. Los bloques se usaron para construir dos casas en la comunidad y complementar otros bloques comprados para el Proyecto Jimmy & Rosalynn Carter en 2009. Los propietarios ganaron “capital de trabajo” (sweat equity) al fabricar los bloques para sus casas y para las de otros y, además, aprendieron habilidades importantes que pueden aportar a su sustento futuro. ©Habitat para la Humanidad/Mikel Flamm

 


Estudiante de carpintería, Ilmiddin Toshmatov, (a la derecha) trabaja a la par del carpintero principal, Sheroz Kholmurodov, en el Centro de Capacitación y Construcción, operado por Hábitat Tayikistán con la asistencia de la Agencia para el Desarrollo Internacional de Canadá. El objetivo del centro es generar oportunidades de empleo para grupos marginados. Más de 200 personas cada año aprenden un oficio y obtienen información sobre el VIH/sida por medio de los 18 cursos ofrecidos en el centro. ©Habitat para la Humanidad/Steffan Hacker

   


Este ejemplar hace una reseña de una variedad de programas y sistemas innovadores de servicios de acceso a la vivienda y la prestación de los mismos, y analiza cómo estos se adecuan a la estrategia de vivienda más amplia de Hábitat.

En Hábitat definimos los servicios de acceso a la vivienda (SAV) como:

Un servicio o producto que responde a la demanda de nuestras familias meta, cuya función es permitir que un grupo familiar:

a) Alcance un nivel adecuado de calidad habitacional[1] con respecto al régimen de propiedad, servicios básicos y durabilidad y espacio de la vivienda.

b) Haga mejoras en su vivienda que promuevan la salud, seguridad y sustento.


Estos servicios se están convirtiendo rápidamente en una estrategia importante para alcanzar escala, atendiendo una mayor cantidad de familias cada año a la que asistimos a través de la construcción de casas nuevas o rehabilitadas.

Además, permiten que Hábitat para la Humanidad apalanque nuestra competencia central en el área de la vivienda y procesos habitacionales al trabajar en conjunto con instituciones financieras para personas de bajos ingresos, compañías de servicios habitacionales y emprendedores sociales.

El enfoque de SAV representa un cambio significativo del trabajo de Hábitat como contratista o gerente de construcción hacia servicios de consultoría y capacitación, en respuesta a la demanda de las familias propietarias. Este es un enfoque de empoderamiento en vez de un enfoque de producción.

Como complemento de los servicios de acceso a la vivienda, Hábitat también brinda asistencia técnica a las organizaciones aliadas para que puedan proporcionar dichos servicios directamente a las familias y comunidades.

Este ejemplar de la revista El Foro analiza cómo Hábitat está aplicando este concepto de SAV en todo el mundo. En su artículo sobre los SAV en Nepal, Hiew Peng Wong demuestra cómo un claro entendimiento de las condiciones habitacionales locales conduce a la elección de SAV como una estrategia de intervención que puede alcanzar escala.

Patrick Kelley explica cómo once países de Hábitat están participando en un proyecto especial de aprendizaje para probar empíricamente los enfoques SAV.

Bob Longino examina cómo la asistencia técnica constructiva contribuye a que las familias propietarias en Malawi aprovechen mejor los pequeños préstamos para mejorar sus viviendas.

Peter Witton cuenta la historia de la estrategia de los Centros de Recursos Hábitat que surgió en la región de Asia/Pacífico, como un medio para prestar servicios de acceso a la vivienda tras el tsunami del Océano Índico de 2004.

Mónica Ramírez de América Latina/Caribe muestra cómo los SAV están vinculados estrechamente con las estrategias de desarrollo comunitario implementadas en dicha área.

Por último, Katerina Bezgachina de Europa/Asia Central explica cómo los servicios de acceso a la vivienda se prestan para enfoques de proyectos conjuntos con instituciones de microfinanzas que otorgan pequeños préstamos para la vivienda a sus clientes.

El enfoque de Hábitat respecto a los servicios de acceso a la vivienda

Hábitat para la Humanidad Internacional utiliza análisis de la cadena de valor de la vivienda para identificar discrepancias en el proceso informal [de construcción] progresiva de viviendas. Esto nos ha conducido a generar un creciente complemento de servicios de acceso a la vivienda que responden a la demanda. Los dos componentes de estos servicios son:

1) Asistencia técnica constructiva: El ofrecimiento de asistencia directa a un grupo familiar que no incluye una construcción directa, supervisión o gestión de construcción.

2) Los servicios no constructivos, incluyen:

  • Jurídicos: Régimen, permisos y derechos de propiedad.
  • Diseño: Asequibilidad durante la vida útil de la vivienda, construcción progresiva, construcción sos-tenible, resistencia a los desastres naturales.
  • Capacitación: Manejo financiero, construcción por obreros calificados y no calificados, alquiler de herra-mientas, producción de materiales de construcción, certificación.
  • Acceso: Recursos/redes de información, conexiones con proveedores de productos y contratistas calificados, programas y servicios gubernamentales y privados de subsidios.

Las intervenciones que no están incluidas en los servicios de acceso a la vivienda son:

  • La construcción, gestión de construcción o supervisión, reparaciones o mejoras de viviendas.
  • Productos financieros.
  • Mejoras no relacionadas con la vivienda, o que facilitan acceso a la vivienda, a capacitaciones o a consultorías.

Al reconocer que las viviendas precarias de las personas en situaciones de pobreza en zonas urbanas son a menudo el resultado de políticas públicas y planificación urbana inapro piadas, nuestro enfoque de SAV se basa en facilitar el acceso a la información y servicios habitacionales, además de promover cambios de políticas que apoyen una vivienda adecuada.

Origen de los servicios en economías desarrolladas frente su uso actual

“Servicios de acceso a la vivienda”[2] es un término que las agencias de servicios sociales han empleado desde hace varias décadas en las economías de países desarrollados del “norte” global. Estas agencias dan información sobre programas y subsidios de vivienda a poblaciones vulnerables de bajos ingresos. Normalmente, ellas definen los servicios de acceso a la vivienda como aquellos prestados a cualquier persona con el fin de desarrollar su capacidad para llevar una vida productiva e independiente, o para man-tener su capacidad de hacerlo.

Estos servicios abarcan una amplia gama de actividades, entre ellas asesoramiento sobre presupuestación y control de deudas; asistencia para cobrar reclamos de beneficios; asistencia para mantener la seguridad de la vivienda; ayuda en altercados con vecinos; y asesoramiento general. Estos servicios se proveen a menudo con servicios asistenciales (supportive housing o service-enhanced housing) para pobla-ciones con necesidades especiales.

Una gran parte del uso original del término “servicios de acceso a la vivienda” es globalmente compatible con las economías de países en vía de desarrollo. Sin embargo, hay diferencias patentes. En numerosas ciudades urbanas del “Sur” global, el típico hogar que representa “la fuerza de trabajo urbana” incluye docentes, policías y puestos bajos del sector público y privado que reciben un salario. Estas no son familias “con necesidades especiales” que necesitan un manejo del caso, sino hogares completamente productivos que necesitan acceder a información y servicios para que puedan invertir mejor en mejoras progresivas de su propia vivienda.

Posicionamiento estratégico

La creciente importancia de este enfoque nos ha conducido a redefinir el modo en que medimos y comunicamos el trabajo de Hábitat en el campo. Ahora, vamos a monitorear y comunicar a nuestro público externo los logros en: 1) construcción, 2) servicios de acceso a la vivienda y 3) voluntariado, como tres actividades fundamentales bien diferenciadas. Se dará a las actividades, anteriormente conocidas como “no constructivas”, el nuevo nombre de “servicios de acceso a la vivienda” con el fin de reposicionar y promover dichas intervenciones SAV como actividades importantes por derecho propio. Continuamos incluyendo los servicios técnicos de construcción —un SAV prestado directamente a la familia— en la apropiada categoría de “construcción”.

Investigación, desarrollo e intercambios globales de aprendizaje

En 2010, lanzamos el primer Concurso para Inversión Estratégica (SIG, por sus siglas en inglés), una campaña de aprendizaje para tres años en el ámbito mundial, para pulir los enfoques de SAV para Hábitat. El SIG identificará mejores prácticas y formulará modelos de negocios sostenibles a través del apoyo y la evaluación de los servicios de acceso a la vivienda que responden a la demanda, que se prestan en once países de las regiones en donde trabaja Hábitat para la Humanidad Internacional (HPHI). Lanzamos la iniciativa mediante una capacitación internacional en Nicaragua para aprender de PRODEL, un programa de desarrollo reconocido en todo el mundo por sus servicios de acceso a la vivienda. Las investigaciones de PRODEL sugieren que sus servicios se dividen en tres categorías, cada una de las cuales tiene distintos niveles de opciones de SAV que generan y fomentan negocios sostenibles. Quisiéramos adoptar y seguir desarrollando este marco en Hábitat.

Nivel 1 – Reparaciones y mantenimiento no calificado: Consisten en materiales informativos básicos, por ejemplo, las formas en que un propietario puede contratar y supervisar a un contratista, obtener información sobre SAV en la comunidad o en la Web y consejos para una construcción resistente a las catástrofes si correspondiera.

Nivel 2 – Reparaciones y mantenimiento calificado: Cuando se necesite un albañil o carpintero, pero no son trabajos técnica o estructuralmente complejos.

Nivel 3 – Reparaciones y mantenimiento complejos: Conllevan un trabajo estructural que se beneficia de una asistencia técnica capacitada.

Lo interesante es que en Nicaragua, PRODEL encontró que el Nivel 1 representaba casi el 80 por ciento de sus préstamos; el Nivel 2, el 18 por ciento, y el Nivel 3, representaba solo el 2 por ciento. Si se comprobara que estas cifras son representativas en el ámbito mundial, Hábitat debería poder proporcionar, a las organizaciones e instituciones microfinancieras comunitarias y locales, información que éstas puedan distribuir en todos los niveles. Además, debe ofrecer talleres a través de los Centros de Recursos Hábitat. Si solo el 2 por ciento de las familias necesitan asistencia técnica, el modelo de negocios sugerido es muy distinto del utilizado tradicionalmente por Hábitat.

Conclusión

Los servicios de acceso a la vivienda representan un cambio significativo del trabajo de Hábitat como contratista o gerente de construcción hacia servicios de consultoría y capacitación, en respuesta a la demanda de las familias propietarias. Aunque algunas personas alegan que las personas en situaciones de pobreza nunca valorarán, ni pagarán, el costo de estos servicios, la experiencia de PRODEL en Nicaragua y de otros, sugiere que esto no es cierto cuando dichos servicios están alineados con diversos niveles de complejidad de construcción y apropiados para los mismos.

La construcción y gestión de construcción seguirán siendo una parte importante de la cartera de Hábitat. Sin embargo, si queremos trabajar efectivamente en un mundo que tiende cada vez más a la urbanización y lograr un impacto en cualquier escala, deberemos dominar y formular servicios de acceso a la vivienda sostenibles y eficaces.

Por un lado, las instituciones financieras se concentran en prestar los mejores productos financieros para la vivienda. Por otro lado, las organizaciones no guberna-mentales dedicadas a la vivienda se enfocan en proporcionar una casa de calidad a los pobres. Los servicios de acceso a la vivienda pueden resultar a ser la forma en que nos encontremos en el medio del continuo, al brindar un acceso universal a la información al 80 por ciento de los hogares en todo el mundo que mejoran sus viviendas cada año.

Al final, esto se puede transformar en una iniciativa catalizadora para alcanzar nuestra visión: Un mundo donde todos tengan un lugar adecuado para vivir.

Steve Weir es vicepresidente de Desarrollo y Asistencia de Programas Globales de Hábitat para la Humanidad Internacional.


[1] Hábitat para la Humanidad Internacional define una vivienda adecuada como aquella que tiene acceso a un régimen de propiedad seguro, agua potable y servicios sanitarios, un espacio adecuado y una estructura duradera.

[2] En la actualidad, es común que el término (Housing support services en inglés) vaya acompañado de la expresión Supportive Housing (la vivienda mejorada por servicios asistenciales). En su conjunto, tal como están definidos en Wikipedia, son “una combinación de vivienda y servicios previstos como una forma rentable de ayudar a que la gente lleve vidas más estables y productivas. Se cree comúnmente que la vivienda mejorada por servicios asistenciales es de utilidad para las personas que encaran los desafíos más tremendos; personas y familias que están en la calle y que además tienen muy bajos ingresos y/o afecciones crónicas y graves, incluidas adicciones, enfermedades mentales y VIH/sida, o que afrontan otros desafíos difíciles para una vida exitosa. En el caso de una vivienda mejorada por servicios asistenciales, la vivienda se puede combinar con servicios sociales, tales como capacitación ocupacional, capacitación para adquirir capacidades para luchar en la vida, programas de rehabilitación para alcohólicos y drogadictos y manejo de casos para los grupos de personas que necesitan ayuda, incluidas aquellas con trastornos del desarrollo y adultos mayores con afecciones médicas. La función de una vivienda mejorada por servicios asistenciales es brindar una solución pragmática que ayude a la gente a recuperarse y salir adelante y reducir el costo general de los cuidados al mismo tiempo”.