El impacto económico de las soluciones progresivas y completas en vivienda -- Habitat for Humanity Int'l 1

El impacto económico de las soluciones progresivas y completas en vivienda

Por Demostenes Moraes, Mary Lechenuk, Andres Maidana Legal y Ana Cutts

 


Un miembro de una familia propietaria de Hábitat hace trabajos de albañilería en el programa de mejoras progresivas de Hábitat para la Humanidad Argentina.

   
 


Un arquitecto voluntario evalúa el progreso logrado por un anexo de la vivienda, como parte del programa de mejoras progresivas de Hábitat para la Humanidad Argentina.

   
 

Más información:
Elementos de la economía familiar que impactan la vivienda adecuada, según los factores indicados por las Naciones Unidas.

   


Los factores de la vivienda adecuada indicados por las Naciones Unidas — seguridad de tenencia, disponibilidad de servicios e infraestructura, asequibilidad, habitabilidad, accesibilidad, adecuación cultural — conjuntamente aseguran que la vivienda permita que sus habitantes generen beneficios económicos, tanto para la familia misma como para la sociedad. Una comunidad saludable, una ciudad inclusiva, comienza por una vivienda en condiciones óptimas de habitabilidad.

En la mayoría de los países latinoamericanos y del Caribe la posibilidad de acceder a una vivienda completa desde un inicio, está solo al alcance de las clases sociales de mayor poder adquisitivo. Las familias de bajos ingresos obtienen su vivienda completa construyéndola por etapas, a menudo tomándoles hasta 20 años para alcanzar el objetivo soñado de tener una vivienda completa.

Aunque las soluciones progresivas proveen una opción inmediata y económicamente asequible para mejorar las condiciones de vivienda, no debemos perder de vista durante estos métodos incrementales el objetivo final de una vivienda completa y adecuada que cumpla con los estándares establecidos por las Naciones Unidas.1 Para asegurar que las familias no estén “sobre-invirtiendo” a lo largo del proceso de desa-rrollo y mejoramiento de sus viviendas, es importante que nuestros programas mejoren tanto la calidad como el tiempo invertido en la construcción.

Por lo tanto, cuando contemplamos ofrecer soluciones progresivas en vivienda, es importante primero considerar las ventajas económicas específicas de las soluciones completas, incluyendo:

  • Acceso al sector formal de financiamiento. Una vivienda completa establece un capital inmediato para una familia, permitiéndole “existir” en el mercado formal. Este nuevo acceso a créditos y financiamiento formal puede ser aprovechado para montar micro-empresas, hacer mejoras adicionales en la vivienda, y satisfacer otras necesidades de consumo familiar. Pero para que este capital exista, es indispensable que las soluciones completas en vivienda incluyan la seguridad de tenencia.
  • Influencia en las decisiones económicas de la familia nuclear. Tener una casa propia influye , en muchas de las decisiones que la familia tiene que tomar sobre el corto y mediano plazo de su economía familiar, como decidir cambiar o no de lugar de trabajo, dónde enviar a la escuela a los hijos, el costo de transporte público, etc.
  • Autoestima e inclusión social. Uno de los factores más importantes de una vivienda adecuada y completa, es la imagen de la familia frente a la sociedad y a sí misma. Lograr tener lo que la sociedad considera una “casa” y no un “rancho” muchas veces es un factor crucial para obtener un empleo formal. Aunque las mejoras progresivas puedan cambiar drásticamente la calidad de vida de un hogar, tienen menos posibilidad de cambiar la autoestima de una familia hasta que la sociedad ha dejado de ver la casa como un tugurio.

    En Buenos Aires, por ejemplo, una familia saliendo de un contexto de pobreza solo sentirá que lo han “logrado si la vivienda tiene un piso de material duro como concreto o cerámica, si el baño tiene bidé y si el lote está adecuadamente vallado con un portón y camino de entrada. La condición de la infraestructura también es un factor—calles asfaltadas en vez de empedradas, por ejemplo. En Paraguay, una vivienda tiene que cumplir con las necesidades básicas de seguridad e higiene, incluyendo agua potable, luz y alcantarillado. Estas son cuestiones culturales, las cuales no son necesariamente coherentes con los estándares mínimos de vivienda percibidos por las organizaciones de vivienda.
  • Estabilidad y participación en la comunidad. Familias dueñas de casa cambian la fábrica social de las comunidades. Un ejemplo clásico en Paraguay es la aparición de asociaciones comunitarias que trabajan en el mejoramiento de la infraestructura como calles, aceras y alumbrado público en la comunidad. El trabajo de estas asociaciones ayuda a crear enlaces intrafamiliares y aumentar el valor económico del vecindario. Las asociaciones, además, incrementan la probabilidad de que las familias inviertan más en mejorar su vivienda, incrementando así el valor de la misma.
  • Alivio inmediato de gastos de reparación y mantenimiento. Una vivienda completa y nueva tiene un período de funcionamiento con mínima inversión en su mantenimiento. Si en vez de gastar en reparaciones transitorias la familia puede ahorrar ese dinero, habrá mayor posibilidad de ampliar la casa en vez de repararla. Las soluciones incrementales o progresivas de vivienda pretenden lograr estas mismas ventajas con el tiempo y de acuerdo con la capacidad financiera de la familia de adquirir un crédito. Por otra parte, hay ciertos impactos económicos que son distintos al enfoque progresivo, como son:
  • Posibilidad de establecer y fortalecer micro-empresas desde el hogar. Como un porcentaje significativo de los recursos económicos de las familias de bajos ingresos proviene de micro-empresas en la vivienda, las soluciones progresivas son ideales para crear o adaptar un espacio para este tipo de actividad económica.

Una encuesta hecha por Hábitat Argentina sobre un proyecto de mejoras progresivas reveló que después de haber realizado la mejora, muchas familias empezaron a considerar la posibilidad de establecer una empresa en el hogar que respondería a las necesidades básicas de la comunidad.

En Brasil, grandes proveedores de servicios financieros están desarrollando programas experimentales de mejoramientos de viviendas, considerando espacios que funcionan para pequeños negocios. Hábitat para la Humanidad Brasil está construyendo alianzas con estos bancos para desa rrollar programas de escala que asocian el crédito con la asistencia técnica, incluyendo la posibilidad de crear espacios adicionales para micro-empresas en el hogar. Un resultado no esperado del proyecto Varjada de Hábitat para la Humanidad Brasil, que consistió en la creación de una asociación de mujeres para la producción de productos artesanales, fue en gran parte posible debido a la construcción de las cisternas comunitarias. Antes del proyecto las mujeres en la comunidad gastaban gran porcentaje de su tiempo recogiendo agua de fuentes ubicadas lejos de su hogar, dejándoles poco tiempo y energía para actividades que generaran ingresos para la familia. Además, las condiciones precarias de vivienda habían complicado la integridad de los productos y no permitían tener un espacio adecuado para trabajar.

En un programa de reparaciones, ampliaciones y mejoras, Hábitat para la Humanidad Paraguay se alió con la Asociación Loma Clavel en Areguá de productores de artesanías de cerámica que trabajan en sus casas, ayudándoles a mejorar las condiciones de las mismas para mejorar la producción en calidad y cantidad.

En las adaptaciones de la vivienda para micro-empresas, debemos recordar algunos aspectos en el diseño, implementación y apoyo técnico que brindan estos proyectos.

  • Separación de los espacios de familia y de trabajo. Vivir y trabajar en el mismo lugar puede ser estresante e insalubre, particularmente si la empresa requiere producción (carpintería, gastronomía, costura, etc.). Por este motivo, es necesario separar el taller del hogar, con entradas diferentes cuando es posible.
  • Luz y agua. Los aparatos eléctricos de una empresa suelen exceder el voltaje de una vivienda familiar. En muchas comunidades, esto resulta en explosions e incendios. Además, algunas empresas requieren abastecimiento de agua y sistemas de drenaje que pueden superar la capacidad de una vivienda normal.
  • Seguridad. En la mayoría de los asentamientos informales, la seguridad es un problema sea en el taller o el hogar. Una micro-empresa puede requerir seguridad adicional (una bodega, por ejemplo, tiene un riesgo más alto que una panadería).
  • Ventilación y luz. Cuando las personas permanecen concentradas por largas horas en la producción en el hogar, deben contar con aire fresco y luz adecuada.
  • Resolución de necesidades específicas. Hay factores tanto internos como externos al entorno familiar que afectan la decisión de invertir recursos familiares en la mejora de la vivienda. Por ejemplo, los adolecentes deben tener su propio espacio donde dormir. Desde la perspectiva de la satisfacción de la familia con el cambio, los resultados de una solución progresiva pueden ser semejantes a una solución completa. Estas mejoras implican un impacto cuantitativo porque aumentan el valor de la vivienda, y un impacto cualitativo porque responden a una necesidad inmediata resultando en mayor confort, la reducción de riesgos a la salud y la seguridad, y una mejora general en la calidad de vida, lo cual resulta en un impacto indirecto en la económica del hogar.
  • Apropiación del proceso. Los programas de soluciones progresivas en vivienda requieren un mayor nivel de involucramiento en las decisiones por parte de la familia, resultando en un mayor nivel de apropiación del proceso entero y una mayor responsabilidad hacia el mantenimiento de la vivienda. En Argentina, las familias con soluciones completas en vivienda suelen llamar a Hábitat para arreglar problemas en sus casas, percibiendo a Hábitat como el “dueño” de la solución, aunque la familia participó en el proceso de construcción. Por otro lado, las familias que han recibido préstamos para mejoras, reparaciones, etc., tienen un sentido distinto de apropiación de la solución.


Aunque suele ser la opción más alcanzable y apropiada para las familias de muy bajos recursos en América Latina y el Caribe, las soluciones progresivas en vivienda sí tienen ciertas desventajas económicas. En el largo plazo, puede llegar a ser más costoso para la familia que una vivienda adecuada obtenida de forma directa y completa.

Aunque las familias cuentan con microcréditos inferiores a los plazos tradicionales de 20 a 30 años para lograr una vivienda adecuada, todavía se encuentran invirtiendo en su vivienda a lo largo de unos 10 a 15 años. Con una solución completa, los pagos superiores a 15 años inciden menos en la economía familiar y permiten un desarrollo económico familiar mayor al de la familia que sigue viviendo en condiciones inade-cuadas durante un período largo de construcción.

Sin embargo, el 95 por ciento de las familias entrevistadas que participaron en proyectos de mejoras progresivas manifestó que la mejora generó un impacto positivo en la familia.

Así que la forma y el tiempo en que los impactos económicos de la vivienda adecuada se van visibilizando, depende de que los programas sean diseñados para ayudar a que las familias no pierdan de vista la meta de tener una vivienda adecuada mientras mejoran su economía familiar a través de una variedad de soluciones y asistencia técnica según su capacidad económica. En los países latinoamericanos, la situación económica y social de muchas familias implica que las soluciones completas y progresivas son igualmente necesarias. Cuando existe un plan para mejoras progresivas que contempla el tiempo y la calidad de la solución, así como un espacio adecuado dónde vivir y trabajar, sin perder de vista la meta final de una vivienda completa y adecuada, las familias tendrán una mejor posibilidad para su desarrollo económico.

Demóstenes Moraes es director nacional de Hábitat para la Humanidad Brasil. Mary Lechenuk es directora nacional de Hábitat para la Humanidad Paraguay. Andrés Maidana Legal es arquitecto de Hábitat para la Humanidad Argentina. Ana Cutts es directora nacional de Hábitat para la Humanidad Argentina.


1 Oficina de la Alta Comisión por Derechos Humanos; The right to adequate housing, Art. 11.