
La salud empieza con un hogar
La salud empieza con un hogar
En Hábitat para la Humanidad sabemos que la vivienda es mucho más que un techo, es un derecho fundamental que debe garantizar condiciones dignas para la salud y el bienestar de todas las personas. La pandemia del Covid 19 nos confrontó de muchas maneras y nos hizo ver más allá de lo evidente: el impacto de un baño digno en la salud de las personas; esto nos llevó a incrementar nuestro compromiso con este enfoque y a partir de ahí pusimos en marcha el proyecto “Salud y Vivienda” en Argentina, una iniciativa que prioriza mejoras sanitarias en hogares en situación de vulnerabilidad extrema.
Gracias a un modelo que combina capacitaciones comunitarias, acompañamiento técnico y social, y un set estandarizado de materiales, cientos de familias lograron construir un baño adecuado, clave para reducir enfermedades y mejorar la calidad de vida.

BARRIO CABALLERIZA, OBERÁ, MISIONES, ARGENTINA (15/05/2025) - El baño de Erica Briz justo afuera de su casa. En noviembre de 2024, Erica se unió al proyecto de Salud y Vivienda de Hábitat para la Humanidad Argentina. Tras asistir a los talleres de capacitación, recibió el kit completo para el baño. Hasta entonces, su baño no tenía cisterna ni ducha. Usaban un balde para descargar el inodoro y calentaban agua en ollas para bañarse.
Pero sabíamos que no era suficiente. Desde 2022 incorporamos un enfoque de género, con especial atención en la salud menstrual. En los procesos de construcción, muchas veces se omiten aspectos fundamentales para garantizar la gestión segura y digna de la menstruación. Por eso, ampliamos el set con elementos clave como botes de basura y botiquín, y sumamos un taller específico sobre salud menstrual como parte del proceso formativo. Además, lanzamos campañas de concientización comunitaria y realizamos la entrega de toallitas reutilizables, promoviendo así la equidad, la sostenibilidad y el acceso a información vital.

En solo tres años hemos logrado entregar 1523 sets sanitarios con enfoque de género y trabajar con 1425 personas que han participado directamente de la campaña y quienes además han hecho parte activa de la construcción y adecuación de sus baños. Como nos cuenta Erika “no sabía nada de electricidad, gracias a Hábitat y a este proyecto, junto con mi hijo hicimos todas las instalaciones necesarias para que el agua caliente funcionara, me siento muy orgullosa”.
De esta manera, construimos juntos viviendas más dignas, oportunidades, salud, equidad y justicia para todas las personas.