¿Por qué la vivienda debe ser un eje central de la acción climática?

La vivienda

Eje central de la acción climática

¿Por qué la vivienda debe ser un eje central de la acción climática?

No es un secreto que el cambio climático golpea con más fuerza a los más vulnerables. En América Latina y el Caribe, millones de familias viven cada día las consecuencias de lluvias torrenciales, olas de calor y deslizamientos de tierra por no contar con un hogar digno donde refugiarse.

En Hábitat para la Humanidad, conocemos de cerca esta realidad y trabajamos incansablemente para que la vivienda no siga siendo el gran eslabón perdido en la acción climática global. Nuestro nuevo informe, “Acción climática a través de la vivienda y los asentamientos informales”, revela que los países más vulnerables al cambio climático siguen siendo los menos priorizados en las políticas y el financiamiento climático mundial.

El análisis de 188 planes nacionales de acción climática (NDC por sus cifras en inglés) muestra que la mayoría no incluye la vivienda como un eje central, a pesar de su impacto directo en la reducción de emisiones y la adaptación al clima. Solo 11 países mencionan los asentamientos informales como prioridad, aunque más de 1.100 millones de personas viven en estas condiciones en todo el mundo, 120 millones de ellas en nuestra región.

Además, el estudio evidencia una brecha entre los compromisos y el financiamiento; mientras países como Las Bahamas y Benín han asumido metas sólidas en materia habitacional, han recibido muy poco apoyo financiero. Costa Rica sobresale como ejemplo positivo de coherencia entre sus compromisos y la financiación recibida. A nivel global, apenas 7% de los fondos climáticos se destinan a soluciones de vivienda incremental o mejora de barrios informales, una cifra mínima frente a la magnitud del desafío.

Frente a este panorama, desde América Latina y el Caribe hemos trabajado en soluciones que evidencian cómo la vivienda digna puede fortalecer la resiliencia climática y mejorar la calidad de vida de las personas, ejemplo de esto es el proyecto Lekil’Na (que en tzotzil significa “vivienda sustentable”) en México y que es referente en construcción con enfoque social, ambiental y cultural. Cada casa integra 232 kilos de RESIN8™, material elaborado a partir de plásticos no reciclables, evitando que casi dos toneladas de residuos terminen en vertederos. Estas viviendas, además, están certificadas bajo el sistema EDGE del Grupo Banco Mundial.

Otros ejemplos están en Trinidad y Tobago, donde fortalecimos la resiliencia de diez comunidades costeras vulnerables, capacitando a más de 600 residentes y desarrollando un índice de vulnerabilidad costera y de resiliencia comunitaria, y en Honduras, donde construimos junto a las familias viviendas elevadas sobre pilotes que resistieron las inundaciones provocadas por los huracanes Eta e Iota, una década después de su construcción.

Nuestro trabajo seguirá impulsando soluciones innovadoras, sostenibles y culturalmente apropiadas para que cada familia pueda acceder a un hogar digno y resiliente.

No habrá justicia climática ni resiliencia real mientras la vivienda siga fuera de la ecuación. Integrarla es proteger vidas, comunidades y futuros. Porque construir resiliencia comienza por un hogar seguro y digno.

Familias Tzotziles del proyecto Lekil’Na en Chiapas, México.

Familias Tzotziles del proyecto Lekil’Na en Chiapas, México.

Conoce el informe completo aquí (en inglés)

Habitat for Humanity at COP30

Habitat for Humanity is participating in COP30 in Belem, Brazil, to shine a light on the acutely overlooked intersection between climate change and housing, particularly for those in informal settlements facing disproportionate risks.

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