Hábitat Argentina ayuda a familias a dejar atrás los conventillos

BUENOS AIRES, Argentina (29 de junio 2015) — Detrás de las elegantes y coloridas fachadas de algunos edificios en la capital argentina de Buenos Aires, se esconde una difícil realidad: alrededor de 87.000 familias viven en inquilinatos, conventillos u hoteles pensión en condiciones altamente peligrosas, insalubres y de hacinamiento.

Debido que no cumplen con los requisitos para acceder al mercado formal de alquiler formal (entre ellos, una propiedad en la ciudad como garantía), estas familias alquilan pequeñas habitaciones deterioradas, con baño y cocina compartidos, sin permiso para recibir visitas.

Conscientes de este problema, Hábitat para la Humanidad Argentina inició su proyecto “Reciclando Hogares Urbanos” con el objetivo de mejorar y reutilizar espacios abandonados u ocupados ilegalmente en Buenos Aires y alquilarlos a familias de bajos ingresos que necesitan una vivienda adecuada (Alquileres Tutelados).

En diciembre 2014, se inauguró el primer conventillo demolido y convertido en un edificio de apartamentos en el histórico barrio de La Boca. Llamado “Estela de Esperanza”, este colorido edificio de cuatro pisos fue construido por Hábitat Argentina y cientos de voluntarios, tanto locales como Internacionales.

Dos familias, que hasta entonces sólo habían tenido viviendas inadecuadas, ya viven en el edificio; otras seis pronto se unirán a ellos.

La primera inquilina fue Irma, una viuda de 43 años, quien tiene 4 hijos adolescentes y un nieto. Durante 23 años, Irma y su familia pasaron de un alquiler informal a otro. Todas las noches, ella dormía con miedo a los incendios que con frecuencia amenazan a los inquilinos de los conventillos. Sus hijos fueron criados con el olor a humedad de la madera podrida, y rodeados de gatos destinados a mantener a las ratas de distancia.

Pero ello cambió en setiembre de 2014, cuando Irma y su familia se mudaron a “Estela de Esperanza”.

“Muchas familias pagan 2.000 pesos de alquiler (unos US220) por una habitación en un conventillo o pensión sin ninguna comodidad, pero tienen capacidad y voluntad de pago. Solamente les falta la oportunidad de demostrar que pueden vivir de otra manera”, señaló Ana Cutts, directora de Hábitat Argentina. “Nosotros actuamos como garantía financiera y los preparamos con talleres especiales para adaptarse al cambio que significa salir del conventillo”, agregó.

Este programa no tiene como fin transformar inquilinos en propietarios, según explicó Ariel Sosa, coordinador de Programas de Hábitat Argentina. “La idea es que puedan vivir en este edificio 2 o 4 años, y que eso funcione después como historial de pago para acceder a otra vivienda adecuada”, dijo.

Acerca de Hábitat para la Humanidad Internacional
La visión de Hábitat para la Humanidad Internacional es un mundo donde todas las personas tengan un lugar adecuado donde vivir. Aferrada a la convicción de que las viviendas seguras y asequibles proveen un camino para salir de la pobreza, Hábitat ha ayudado a más de 5 millones de personas a construir, rehabilitar y reparar sus viviendas desde 1976, así como a incrementar el acceso a una mejor vivienda a través de productos y servicios. Hábitat también promueve políticas para mejorar el acceso a una vivienda adecuada y asequible, y ofrece una variedad de servicios de apoyo para que las familias con recursos limitados puedan mejorar sus viviendas según sus posibilidades económicas y de tiempo. Hábitat es una organización cristiana sin fines de lucro dedicada a la vivienda adecuada, que trabaja en más de 70 países e invita a personas de todas las etnias, nacionalidades y religiones a aliarse a su misión. Para conocer más, donar o realizar trabajo voluntario, visite habitatlatino.org