Cómo Aldea Global ha crecido a través de los años

Luis Madrid es el coordinador nacional de voluntariado para Hábitat para la Humanidad Honduras, donde coordina con los equipos internacionales de Aldea Global que viajan a Honduras para construir con Hábitat.

Luis se unió a Hábitat en el año 2002, después de conocer sobre la organización y su misión por medio de su profesor de economía en la universidad. Luego ese mismo año, fue anfitrión de su primer grupo de voluntarios de Aldea Global e instantáneamente se enamoró de los voluntarios y del programa.

Luis Madrid es el coordinador nacional de voluntariado para Hábitat para la Humanidad Honduras, donde coordina con los equipos internacionales de Aldea Global que viajan a Honduras para construir con Hábitat. Luis se unió a Hábitat en el año 2002, después de conocer sobre la organización y su misión por medio de su profesor de economía en la universidad. Luego ese mismo año, fue anfitrión de su primer grupo de voluntarios de Aldea Global e instantáneamente se enamoró de los voluntarios y del programa.

Aldea Global a través de los años

Luis, quien “se siente como la Betty White del programa Aldea Global”, ha tenido la oportunidad de ver el programa crecer y evolucionar durante los 17 años que ha estado con Hábitat.

“Cambia cada año sin excepción – para bien”, nos cuenta. En particular, Luis ha visto cómo las normas de seguridad y la capacitación de líderes de los equipos han mejorado significativamente desde que él inició en el programa.

El programa también se ha adaptado a las necesidades cambiantes de los voluntarios a lo largo de los años. Por ejemplo, para garantizar que todos sus voluntarios tengan un viaje cómodo y placentero, Luis ha investigado sobre opciones de alimentos alternativos para satisfacer las necesidades de cada uno de ellos.

“Es mucho el trabajo tras bambalinas para cuidar de los voluntarios”, afirma. Sin embargo, para Luis es importante que cada voluntario tenga una experiencia agradable, importante y significativa. Ha llegado tan lejos como preparar comidas para todo un equipo cuando no han encontrado restaurantes disponibles.  

Aunque Luis ha sido testigo de muchos cambios en el programa Aldea Global, algo que se ha mantenido constante es la buena voluntad y el espíritu de los voluntarios.

Crear un impacto que perdure

Luis considera que los equipos de Aldea Global han tenido un impacto considerable en su comunidad, estimando que aproximadamente 1.000 familias se han beneficiado de construir hombro a hombro con los voluntarios visitantes. No obstante, para él esta experiencia significa más que sólo cifras.

Los voluntarios no solo construyen casas; ellos ayudan a una familia a construir un futuro. El impacto de Hábitat y sus voluntarios permanecerá con la familia en el tiempo al celebrar cumpleaños, bodas y quince años en un hogar que los voluntarios ayudaron a construir.

“Por tal motivo uno se enamora de la misión y causa de Hábitat – no solamente por las casas”, dice Luis.

Luis, quien “se siente como la Betty White del programa Aldea Global”, ha tenido la oportunidad de ver el programa crecer y evolucionar durante los 16 años que ha estado con Hábitat

Luis preparando la cena para un equipo en el 2002, cuando no había ningún restaurante cerca.

Luis no solamente siente una conexión con las personas en su comunidad, sino también crea lazos y amistades con los voluntarios. “Es un programa donde te relacionas con personas”, asegura.

Las relaciones que comenzaron como estrictamente profesionales pasaron rápidamente a ser amistades. “Conozco los nombres de sus nietos” dice en relación con los voluntarios que trabajan con él. “Los he visitado en los Estados Unidos.”  

Luis disfruta su oportunidad de compartir su cultura con cada voluntario y le encanta ver como se enamoran de su país y comunidad.

Cuando los voluntarios regresan para construir en Honduras, no es trabajo para Luis. Para él, es como recibir a un miembro de la familia o viejo amigo en el aeropuerto.

Caminar hacia adelante

Aunque Luis disfruta de interactuar con baby boomers y crear una conexión a través del gusto que comparten por la música de los años 80, le emociona ver cómo las generaciones más jóvenes se involucran cada vez más con Hábitat y el programa Aldea Global.

Se siente motivado por nuevos proyectos como ayudar a las familias a construir servicios sanitarios para sus hogares o reparar un albergue comunitario que diversifique la experiencia de viaje de los voluntarios y amplíe el impacto en las comunidades donde trabajan.