Esperanza al suroeste de Haití

En la mañana del sábado 14 de agosto de 2021, Onézire, de 49 años, estaba tranquila dentro de su vivienda en el suroeste de Haití con el menor de sus seis hijos, cuando aproximadamente a las 8:30 a.m. un devastador terremoto de magnitud 7,2 sacudió su vivienda.

A partir de ese día, su familia, así como la gran mayoría de sus vecinos, empezó a dormir a la intemperie, a pesar de estar en plena temporada de huracanes, con fuertes lluvias en los días posteriores al terremoto, asociadas a la tormenta tropical Grace; soportaron viento, frío, calor y sol, todos los días.

En la mañana del sábado 14 de agosto de 2021, Onézire, de 49 años, estaba tranquila dentro de su vivienda en el suroeste de Haití con el menor de sus seis hijos, cuando aproximadamente a las 8:30 a.m. un devastador terremoto de magnitud 7,2 sacudió su vivienda.

“Al principio, por el sonido, pensé que era el viento, cuando me di cuenta de lo que estaba pasando”
— Onézire

Al principio, por el sonido, pensé que era el viento, cuando me di cuenta de lo que estaba pasando, estaba tan agotada que corrí hacia la puerta trasera en lugar de la delantera, que estaba más cerca de mí en ese momento”, recuerda Onézire. Ella tuvo suerte de salir de su vivienda a tiempo, pero las paredes del hogar no resistieron el terremoto.

A partir de ese día, su familia, así como la gran mayoría de sus vecinos, empezó a dormir a la intemperie, a pesar de estar en plena temporada de huracanes, con fuertes lluvias en los días posteriores al terremoto, asociadas a la tormenta tropical Grace; soportaron viento, frío, calor y sol, todos los días.

Tras el terremoto, un equipo de Hábitat para la Humanidad Haití se desplazó a la zona para ayudar a las autoridades a evaluar la situación de la vivienda y comenzar a definir una estrategia de respuesta al desastre. La organización cuenta con más de 30 años de experiencia en el país y, anteriormente, se encargó de construir o reparar 1800 viviendas tras el paso del huracán Matthew, que destrozó hogares en toda la zona en 2016.

Tras inspeccionar todas las viviendas construidas por Hábitat en la zona afectada por el nuevo terremoto, se contabilizó que el 98% de las casas no había sufrido daños significativos y era seguro para que las familias pudieran dormir en la comodidad de su hogar.

Después de realizar un análisis, y en coordinación con las autoridades, Hábitat inició el plan de respuesta al desastre con la entrega de kits de higiene que contenían jabón, pasta de dientes, cepillos de dientes, mascarillas, toallas y otros artículos de higiene.

Posteriormente, y en colaboración con ShelterBox y Start Fund, Hábitat comenzó la distribución de más de 2500 kits de refugio de emergencia a miles de familias como la de Onézire en las comunidades más afectadas. Los kits incluían lonas, herramientas y fijaciones, mantas térmicas, luces solares, juegos de cocina, colchonetas, mosquiteras y portadores de agua, entre otros.

En total, Hábitat apoyó a más de 15.000 personas con los kits de higiene y refugio de emergencia como parte de su trabajo en la respuesta al devastador terremoto.

Onézire y su familia recibieron uno de los kits refugio de emergencia. En cuanto lo tuvo en sus manos, empezó a utilizar la pala para ayudar a retirar los escombros de las paredes derrumbadas.

“Los artículos del kit, como esta lámpara solar, nos fueron increíblemente útiles justo después del terremoto”
— Onézire

Luego, con los cimientos de madera intactos de su casa como base, Onézire creó nuevas paredes para su hogar con la lona del kit, con lo cual dio a sus seis hijos un hogar de nuevo, con paredes, donde cobijarse durante la noche.

Actualmente, Hábitat está buscando fondos para iniciar en la fase de reparación y construcción de viviendas durante el año 2023, con el objetivo de construir nuevas viviendas resilientes a los desastres, desde donde familias haitianas puedan construir un futuro más resiliente.

Onézire con parte de sus hijos. / © Hábitat para la Humanidad Internacional.

Onézire con parte de sus hijos. / © Hábitat para la Humanidad Internacional.

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Esperanza al suroeste de Haití
Esperanza al suroeste de Haití

Esperanza al suroeste de Haití

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Esperanza al suroeste de Haití

La seguridad de un piso firme

María Natalia vive con su marido, cuñada y tres perritos en una casa de San Juan Sacatepéquez, Guatemala.

Su familia fue una de las seleccionadas para participar del proyecto piloto Pisos S3 de la Federación Interamericana del Cemento (FICEM), desarrollado en alianza con Hábitat para la Humanidad Guatemala, Cementos Progreso, el Instituto del Cemento y Concreto de Guatemala, y la Red de Emprendedores Indígenas.

María Natalia vive con su marido, cuñada y tres perritos en una casa de San Juan Sacatepéquez, Guatemala. Cada mañana al levantarse, lo primero que hace es rezar a Dios y a la Virgen para dar gracias por un nuevo día. Luego limpia y ordena su casa de piso de tierra, prepara el desayuno y, por último, comienza su jornada laboral.

Su trabajo consiste en tejer desde el piso de su casa, por eso, cuando supo que su vivienda era una de las seleccionadas para sustituir el piso de tierra por concreto, se emocionó al saber que pronto podría desarrollar su actividad económica en condiciones ideales.

“Estoy contenta porque antes había tierra y arena en este piso, así que había mucho polvo”
— María Natalia

Estoy contenta porque antes había tierra y arena en este piso, así que había mucho polvo. Cuando me arrodillaba para tejer, no me sentía bien, me dolían las rodillas por la suciedad y las piedritas. Además, el suelo no era uniforme, por lo que me resultaba difícil tejer así. Antes, cuando los terminaba (los tejidos), estaban llenos de suciedad y polvo, ahora ya no. He notado la diferencia. Ahora no se ensucian y el telar está en una posición más firme y no se mueve tanto”, confirma María Natalia. 

Su familia fue una de las seleccionadas para participar del proyecto piloto Pisos S3 de la Federación Interamericana del Cemento (FICEM), desarrollado en alianza con Hábitat para la Humanidad Guatemala, Cementos Progreso, el Instituto del Cemento y Concreto de Guatemala, y la Red de Emprendedores Indígenas.

El piloto se concentró en la construcción de un total de 1080 m2 de pisos de concreto con lo cual se benefició a 32 familias de cinco comunidades indígenas del municipio de San Juan Sacatepéquez. De manera integral al cambio del piso, se incluyó también la distribución de filtros purificadores de agua y se realizaron capacitaciones a las familias beneficiadas en relación hogares saludables, manejo del filtro, así como uso y mantenimiento del piso.

Tras el éxito en los resultados, Hábitat para la Humanidad y FICEM unieron esfuerzos oficialmente y lanzaron la iniciativa 100 mil pisos para jugar, la cual tiene como objetivo el reemplazar 100 mil pisos de tierra por concreto en viviendas vulnerables en todo Latinoamérica y el Caribe para el 2028.

La mejora en la vivienda de María Natalia no solo ha representado un beneficio para el desarrollo de su actividad económica, sino que también ha impactado positivamente en la salud de su familia.

Tanto su esposo como ella han notado una gran mejoría en su salud. Antes enfermaban mucho de tos y, desde que tienen el piso de tierra, no han vuelto a enfermar porque no conviven con el polvo frecuentemente.

“Gracias por la ayuda con el piso, estamos contentos y satisfechos”
— María Natalia

Gracias por la ayuda con el piso, estamos contentos y satisfechos. El piso se puede limpiar o lavar. Antes no podíamos por la suciedad y el polvo. Habíamos pensado en arreglar la casa, mejorarla, pero no habíamos podido”, dice María Natalia.

María Natalia teje desde el piso de concreto de su vivienda. / © Hábitat para la Humanidad, José Ramírez.

María Natalia teje desde el piso de concreto de su vivienda. / © Hábitat para la Humanidad, José Ramírez.

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La seguridad de un piso firme
La seguridad de un piso firme

La seguridad de un piso firme

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La seguridad de un piso firme

El sueño de la vivienda propia

A dos horas de la Ciudad de México, antes de llegar a Valle de Bravo, se encuentra San Simón de la Laguna, un pueblo tranquilo, con hermosos paisajes verdes, una laguna y cultivos de maíz. Ahí viven Edna y su hijo Edward en casa de sus padres en donde habitan siete familiares más. Esta vivienda de tres cuartos no contaba con un espacio privado para ella y su hijo, por lo que dormían en la cocina del hogar.

A dos horas de la Ciudad de México, antes de llegar a Valle de Bravo, se encuentra San Simón de la Laguna, un pueblo tranquilo, con hermosos paisajes verdes, una laguna y cultivos de maíz. Esta comunidad está compuesta mayoritariamente por indígenas mazahuas.

Ahí viven Edna y su hijo Edward en casa de sus padres en donde habitan siete familiares más. Esta vivienda de tres cuartos no contaba con un espacio privado para ella y su hijo, por lo que dormían en la cocina del hogar.

Ella trabaja limpiando la escuela de la comunidad y bordando tejidos tradicionales en el Grupo de Artesanas Indígenas Mazahuas, compuesto por 30 mujeres, todas vecinas de San Simón de la Laguna. Sus ingresos mensuales no le permitían cumplir el sueño de construir una casa propia con un préstamo.

“Mi hijo ya está creciendo, queríamos un espacio privado para cada uno, seguro”
— Edna, vecina de San Simón de la Laguna, México

Su vivienda forma parte de la donación de la Fundación Banorte que asumió el costo total de 25 mejoramientos y/o construcciones de vivienda, todas con un tamaño promedio de 50 m2, compuesta por dos cuartos, un baño, sala y cocina.

Para obtenerla, Edna asistió a una serie de cinco capacitaciones que Hábitat México impartía al grupo de mujeres seleccionadas en temas como el derecho a una vivienda digna, convivencia sana en comunidad, habitabilidad, vivienda saludable y el mantenimiento correcto de una casa.

Que Dios bendiga a cada una de las personas que me ayudaron. Que Dios multiplique cada uno de sus trabajos para que puedan brindar más apoyo a gente necesitada. Gracias a Dios ya tenemos nuestro hogar, ya tenemos un espacio para mi niño y para mí. Siempre soñé tener una casita como esta, con una vista a los cultivos de maíz y la montaña. Este es un espacio seguro para los dos”, concluye.

Hoy vive junto a su hijo feliz en su nuevo hogar, un lugar seguro en el que todas las mañanas desayunan con el paisaje que tanto anhelaron tener.

Edna y Edward felices fuera de su nueva vivienda. / © Hábitat para la Humanidad México, Brisa Torres.
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El sueño de la vivienda propia
El sueño de la vivienda propia

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The dream of owning a home

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Un regalo del cielo

Mirtha es una madre de cuatro hijos que vive en una comunidad llamada María Auxiliadora, en la ciudad de Luque, Paraguay. A lo largo de su vida, tanto ella como su esposo Bernardo han anhelado tener una vivienda segura en la cual criar a sus hijos. Hace unos años, consiguieron una casa en un asentamiento informal, pero las condiciones del baño de la vivienda no eran las adecuadas.

Mirtha es una madre de cuatro hijos que vive en una comunidad llamada María Auxiliadora, en la ciudad de Luque, Paraguay. A lo largo de su vida, tanto ella como su esposo Bernardo han anhelado tener una vivienda segura en la cual criar a sus hijos.

Hace unos años, consiguieron una casa en un asentamiento informal, pero las condiciones del baño de la vivienda no eran las adecuadas. El inodoro no contaba con el sistema de drenaje, no tenían acceso al agua por lo que a diario usaban su ingenio para conseguirla, entre otras cosas.

Mirtha conoció sobre el trabajo de Hábitat para la Humanidad Paraguay y, sin pensarlo, buscó cómo asociarse.

“Cuando recibí la noticia de que iba a recibir mejoras en mi baño, lo primero que hice fue llamar a mi marido y decirle: recibimos un regalo del cielo”
— Mirtha, madre de la comunidad María Auxiliadora, Luque, Paraguay

Durante el voluntariado virtual que tuvo lugar entre octubre y noviembre del 2021, la familia de Mirtha estuvo entre las tres primeras familias en recibir las mejoras en su baño, además tuvieron la oportunidad de conocer a voluntarios de Hábitat para la Humanidad St. Vrain Valley, Colorado.

Fue una experiencia inolvidable, porque yo aprendí cosas de ellos y creo que ellos también de nosotros. Espero alguna vez tener la oportunidad de poder compartir con ellos para poder agradecerles en persona lo que hicieron por mi familia”, comenta Mirtha.

Dada la necesidad urgente de un baño saludable, se les hizo una remodelación completa: se instalaron cañerías, desagües, azulejos, piso, inodoro, ducha y hasta un tanque comunitario para prevenir los cortes de agua constantes en la comunidad.

Mis hijos están más que felices y, por ende, yo también, hay momentos en que se acuestan en el piso y disfrutan al momento de bañarse. Esto fue la realización de un sueño para mi familia y para mí”, asegura Mirtha.

Mirtha y sus hijos Ezequiel, Magali y Elías en el nuevo baño de su casa. / © Hábitat para la Humanidad Paraguay, Lourdes Benitez.

Mirtha y sus hijos Ezequiel, Magali y Elías en el nuevo baño de su casa. / © Hábitat para la Humanidad Paraguay, Lourdes Benitez.

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“Un regalo del cielo”
Un regalo del cielo

Un regalo del cielo

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Mirtha y sus hijos Ezequiel, Magali y Elías en el nuevo baño de su casa. / © Hábitat para la Humanidad Paraguay, Lourdes Benitez.

De la mano del Guardián Constructor

Durante siete años, Erika y Hermes ahorraron dinero para comprar un terreno en las afueras de Lima, en donde soñaban construir su vivienda propia. Durante la pandemia, Hermes enfermó gravemente a causa del COVID-19, por lo que, tras su recuperación, decidieron que era el momento perfecto para construir su gran sueño de casa propia, que también sería una herencia para sus hijos.

Durante siete años, Erika y Hermes ahorraron dinero para comprar un terreno en las afueras de Lima, en donde soñaban construir su vivienda propia. Durante la pandemia, Hermes enfermó gravemente a causa del COVID-19, por lo que, tras su recuperación, decidieron que era el momento perfecto para construir su gran sueño de casa propia, que también sería una herencia para sus hijos.

La familia usó sus ahorros y el dinero de su fondo de pensiones para poder iniciar la construcción de su futura casa, pero, cuando llegó el momento de construirla, al igual que muchos peruanos, no tenían idea de por dónde empezar.

Abrumada, con opciones limitadas y sin experiencia en construcción, Erika investigó para entender cuál era la mejor opción. Analizó el caso de su hermana, quien estaba construyendo su vivienda con un maestro de obra local y descubrió que estaban usando materiales de bajo costo e ineficientes. Además, construían cada habitación sin un plano previamente aprobado, lo cual retrasaba mucho el proyecto y, por ende, terminaron gastando mucho más dinero.

En una de sus visitas al lote donde construirían su nuevo hogar, Erika vio un anuncio de “Guardián Constructor”, un modelo de negocio desarrollado por el Centro Terwilliger de Innovación en Vivienda de Hábitat para la Humanidad en Perú. Este alberga a más de 20 socios vinculados al sector de la construcción en el país, entre los que se encuentran empresas de diseño y construcción, desarrolladoras inmobiliarias, proveedores de materiales, instituciones financieras, entre otros.

“La mayoría de los hogares en Perú tienen acceso limitado a profesionales de la construcción certificados, esto se traduce a viviendas de mala calidad que dejan a las familias vulnerables a desastres naturales y depreciación. Guardián Constructor fue creado y es liderado por el Centro Terwilliger en Perú con el objetivo de brindar un servicio que le asegure a esas familias el construir una vivienda de calidad. Se caracteriza por su atención holística. De cara a la familia, desde Guardian Constructor nos encargamos de todo el proyecto, incluyendo trámites y construcción; y de cara a las empresas aliadas, representamos una red de colaboración tanto para aprender como para generar proyectos activos”, asegura Gema Stratico, líder del Centro Terwilliger en Perú.

“Guardián Constructor fue creado y es liderado por el Centro Terwilliger en Perú con el objetivo de brindar un servicio que le asegure a esas familias el construir una vivienda de calidad”
— Gema Stratico, líder del Centro Terwilliger en Perú

Erika y su esposo descubrieron que tanto Sumkha SAC, una pyme constructora peruana, como Seinfeld Arquitectos, formaban parte del servicio de Guardián Constructor. Ambas empresas tenían proyectos en la zona donde construirían, por lo que se convencieron y se aliaron a Guardián Constructor.

El arquitecto fue muy amable. Adaptó y modificó el plano al menos seis veces y me dijo no te preocupes. Hasta que estén satisfechos, seguiremos ajustando”, asegura Erika.

Un constructor certificado hizo que sus planos cobraran vida, con materiales de construcción confiables que estaban dentro del presupuesto familiar. Con acceso a un correcto financiamiento, servicios y productos a través de Guardián Constructor, después de solo tres meses, la familia tuvo las llaves de su casa terminada, construida exactamente como lo soñaron.

De la mano del Guardián Constructor

Erika y Hermes en su nuevo hogar. / © Centro Terwilliger de Innovación en Vivienda en Perú, Hábitat para la Humanidad Internacional.

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De la mano del Guardián Constructor
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De la mano del Guardián Constructor

Mujeres empoderando mujeres

Marcia es una madre y abuela de 60 años, se dedica a limpiar casas y vender empanadas, es una mujer luchadora, emprendedora y muy esforzada. Vive a una hora de Santo Domingo, en una casa de madera con piso de tierra la cual, con el paso de los años, estaba ya muy deteriorada. Cuando llovía se le mojaban todos sus muebles y, cuando sus nietos la visitaban, no podían jugar sin ensuciarse.

Marcia es una madre y abuela de 60 años, se dedica a limpiar casas y vender empanadas, es una mujer luchadora, emprendedora y muy esforzada. Vive a una hora de Santo Domingo, en una casa de madera con piso de tierra la cual, con el paso de los años, estaba ya muy deteriorada. Cuando llovía se le mojaban todos sus muebles y, cuando sus nietos la visitaban, no podían jugar sin ensuciarse.

Ella siempre quiso mejorar su vivienda para estar más cómoda y brindarles a sus nietos un lugar seguro para visitarla, pero no contaba con los recursos necesarios para lograrlo. “No quiero morirme sin tener una casa más cómoda, porque siento que esta me caerá encima”, aseguró.

Marcia logró mejorar su vivienda cuando conoció el trabajo de Hábitat para la Humanidad República Dominicana. Dice que, de alguna forma, ella sintió que Dios le había contestado y pronto iba a lograr cumplir su sueño. De inmediato, preguntó todos los requisitos y entregó todos los papeles necesarios para aliarse con la organización. 

En total, Marcia ha pedido seis préstamos a Hábitat y todos los ha pagado a tiempo. Con los primeros, dos levantó y terminó todas las paredes; con el tercero y el cuarto, empañetó (colocó repello) una parte de la casa y, con los otros dos, terminó el empañete y parte del baño.

Con el último préstamo, pudo finalmente construir un piso de concreto para su casa, el cual llegó con voluntarias de lujo: reconocidas mujeres dominicanas, todas madres, que se reunieron para realizar el primer Women Build en el país.

El Women Build es un voluntariado de Hábitat exclusivo para mujeres que se realiza desde 1991 en el mundo. Tiene como objetivo que las voluntarias femeninas se unan para construir comunidades más fuertes y seguras. 

En este caso, Marcia contó con la ayuda de la señora Carmen Esteva de Marranzini, líder del proyecto Mujeres Emprendedoras, así como Jatnna Taváres, Bárbara Plaza, Paloma Rodríguez y Miralba Ruiz, destacadas comunicadoras de programas de televisión y radio, de gran renombre y rating a nivel nacional.

Cuando las mujeres de la brigada llegaron a la comunidad, Marcia les recibió emocionada. ¡No lo podía creer! Después de tantos años con piso de tierra, al fin tendría uno de concreto.

Las voluntarias conversaron primero con Marcia y se conmovieron y empoderaron al escuchar la historia de perseverancia de esta gran mujer.

 Hemos venido a ayudar a construir el piso de la casa de Marcia, una mujer con un espíritu emprendedor extraordinario, esperamos que el Women Build continúe en República Dominicana por muchos años, gracias a Hábitat Dominicana por la invitación, un honor ser parte de esta historia de solidaridad y sororidad”, dijo Miralba Ruiz, famosa comunicadora dominicana.

“Gracias a Hábitat Dominicana por la invitación, un honor ser parte de esta historia de solidaridad y sororidad”
— Miralba Ruiz, famosa comunicadora dominicana

Tras un total de cuatro horas, en equipo lograron construir el anhelado piso de concreto y ayudar así a cambiar la calidad de vida de Marcia y su familia.

“Estoy feliz, muchas gracias, Hábitat Dominicana por el apoyo, mi hijo y mi hija estarán más cómodos y mis nietos podrán jugar en el piso cuando visiten mi casa”, asegura Marcia.

Hoy Marcia busca un séptimo préstamo para construir su techo y finalizar con las mejoras que su casa necesitaba y, así, finalmente contar con un lugar seguro al cual llamar hogar.

Marcia junto a las voluntarias del primer Women Build en República Dominicana. / © Hábitat para la Humanidad República Dominicana.

Marcia junto a las voluntarias del primer Women Build en República Dominicana. / © Hábitat para la Humanidad República Dominicana.

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