El Adviento inicia el 30 de noviembre y termina el 24 de diciembre.
Durante esta época de Adviento, únanse a nuestros devocionales semanales mientras empezamos un tiempo de anticipación y expectativa en preparación para la Navidad.
Esperanza más allá de la esperanza
Por Belaynesh Tadesse
Y el ángel dijo: —El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Así que al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios”. “—Aquí tienes a la sierva del Señor —contestó María—”. Que él haga conmigo como me has dicho. Con esto, el ángel la dejó.
Meditación
La respuesta de María al ángel: “Aquí tienes a la sierva del Señor... Que él haga conmigo como me has dicho”, nos recuerda que la fe comienza con la confianza y la entrega. María no cuestionó; sino que confió y se entregó. Su fe nos enseña que someterse a la voluntad de Dios es el camino hacia la verdadera esperanza.
La respuesta de María también ofrece lecciones de esperanza. Era humilde en su sumisión a Dios. Tenía confianza incluso ante la incertidumbre y las dificultades.
Podría haber dudado. ¿Y si José, el hombre con quien estaba formalmente comprometida, no le creía? Podría haberse enfrentado a la desgracia pública. Como dice la Escritura en Mateo 1:19, “Como José, su esposo, era un hombre justo y no quería exponerla a vergüenza pública, decidió romper en secreto el compromiso”.
En cambio, María demostró que la esperanza florece cuando confiamos en el poder de Dios y en el cumplimiento de Su palabra.
Entregarse a Dios es fuerza, no un signo de debilidad. María sabía que Dios tenía un futuro lleno de esperanza para ella. (Jeremías 29:11)
María era una joven común de un pueblo humilde. Dios la eligió para una tarea extraordinaria. Es un ejemplo de esperanza para las personas comunes. Él utiliza a los que tienen un corazón dispuesto, independientemente de quiénes seamos. Que durante este tiempo de Adviento, estemos atentos para animar e infundir esperanza a los demás en honor del nacimiento de Cristo.
Oración
Señor, ayúdanos a escuchar Tu llamado y a estar dispuestos a decir “Sí” a ser Tus siervos, a ser Tu luz y Tus instrumentos de paz y amor en este mundo atribulado.
Preguntas
- ¿Estás dispuesto a abandonar tus preguntas y dudas, confiar en Él y decir sí a Su llamado?
- ¿Has experimentado el poder de Dios cuando hace posible lo imposible?
- ¿Estás preparado para compartir el mensaje de esperanza con un colega o un desconocido durante este tiempo de Adviento?
Belaynesh Tadesse es directora de Finanzas, Administración y Estrategia Empresarial para la región de Asia-Pacífico de Hábitat para la Humanidad Internacional.
La cuna de la esperanza
Por Mariah Travis
Y en Su nombre pondrán las naciones su esperanza
Meditación
El inicio de nuestra historia nos lleva a Belén, un pequeño pueblo de gente humilde que vivía de la tierra, un pueblo con poco espacio para una joven pareja viajera a punto de dar a luz.
En una habitación destinada a albergar animales, hay poca luz. Casi se puede saborear el polvo y oler el aroma que persiste en el aire. No era un lugar apto para el nacimiento de la esperanza, según el criterio humano; sin embargo, los pensamientos de Dios van mucho más allá. No dudó en llevar la esperanza a toda la humanidad de una forma tan humilde.
La esperanza puede brillar en los lugares más sombríos, como un refugio inadecuado para una familia; puede estar en un pesebre no apto para un bebé. La esperanza es para todos en la tierra: para quienes viven en condición de pobreza o riqueza, de sencillez o sabiduría, para quienes esperan recibir buenas noticias o han sido tomados por sorpresa.
Al igual que los pastores que fueron los primeros en ir a buscar la encarnación de la esperanza en un humilde pesebre, estamos llamados a ver más allá de las sombrías circunstancias que nos rodean. En este tiempo de Adviento, mientras nos enfrentamos a la incertidumbre en nuestro trabajo, nuestro entorno y nuestras propias vidas, no perdamos la esperanza. Recordemos que las posibilidades pueden encontrarse en lugares insospechados, que las nuevas ideas pueden surgir en la oscuridad y que los comienzos humildes nunca han limitado la luz de Dios. Puede brillar y dar lugar a nuevas historias maravillosas.
Al igual que al principio de esta historia, nuestra misión nos invita a ir a lugares con poco espacio para las familias que necesitan refugio y a buscar sitios que parecen inadecuados para nuestros semejantes. También debemos ajustar nuestra perspectiva y concentrarnos en la esperanza que tenemos ante nosotros. Al trabajar junto con las familias y las comunidades a las que servimos para construir un futuro mejor, renovemos nuestras fuerzas y esperemos todo lo que Dios puede hacer una vez más.
Al afrontar estos desafíos, hagámoslo con la mirada puesta en nosotros mismos y con la fe restaurada en Él, quien es la fuente de nuestra esperanza. Que, como los pastores, en aquella primera noche de Navidad, seamos testigos de la Buena Nueva y la compartamos con toda la humanidad.
Oración
Padre, te damos gracias por el don de Tu Hijo a la humanidad, por la esperanza que nos das a través de Él. Te rogamos que nos abras los ojos para ver más allá de las circunstancias difíciles y mirar hacia el futuro con esperanza e ilusión. Al adentrarnos en aquellos lugares que nos parecen imposibles, danos ojos para ver la necesidad y las posibilidades. Oramos para que en este período de reflexión renueves nuestras mentes y fortalezas y construyas nuestra esperanza para el futuro, de modo que podamos llevar esperanza a quienes nos encontremos. Te lo pedimos en el poderoso nombre de Jesucristo. Amén.
Preguntas
- ¿En qué áreas de nuestra vida necesitamos ajustar nuestra vista para ver más allá de las circunstancias difíciles?
- ¿Dónde necesito cultivar la esperanza y la expectativa en las promesas de Dios para un futuro mejor?
- ¿Dónde estoy llamado a ser portador de esperanza y buenas noticias?
Mariah Travis es gestora de conocimiento de Hábitat para la Humanidad. Reside en San José, Costa Rica.
Esperanza: el puente que nos lleva adelante
Por Ronald Kiconco Ongopa
Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe. Por quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.
Meditación
He aprendido a entender la fe no solamente como un concepto, sino como una convicción. La fe es lo que hago por lo que en QUIÉN creo.
Al reflexionar sobre esta verdad para este devocional, empecé a ver la esperanza como el puente hacia lo que hago. Me di cuenta de que lo que hago nunca ha existido por sí solo. Se ha forjado a partir de las voces del pasado y de los lugares por los que he caminado. Gracias a esta exposición y a estos entornos, aprendí a confiar en las personas, a actuar porque creo y tengo esperanza en ellas. Pero también he llegado a comprender algo más profundo. La fortaleza de las personas depende de dónde hayan depositado su esperanza. Si esos cimientos no son sólidos, todo lo que se construya sobre ellos se tambalea.
Recordé a una joven llamada Grace, a quien conocí durante mi servicio con Hábitat para la Humanidad en Uganda. La vida de Grace dio un vuelco cuando perdió a sus dos progenitores. Ella y sus hermanos perdieron todo lo que tenían, incluido su hogar. Obligada a madurar prematuramente, Grace empezó a vender pescado para sobrevivir. Un día, un turista escuchó su historia y le habló de Hábitat, que podía significar la esperanza de un hogar y un futuro junto a sus hermanos. Sin embargo, el mundo de Grace le había enseñado otra cosa. “Alguien que no conozco, y mucho menos una organización, no puede hacer eso por nosotros”, pensó. Su fe estaba moldeada por su pasado y su esperanza estaba rota. Descartó la posibilidad porque no se ajustaba a lo que confiaba.
La historia de Grace refleja una verdad más profunda: actuamos en función de en quién —o en qué— creemos. Y si nuestra creencia está arraigada en personas derrotadas o vivencias dolorosas, nuestra esperanza puede perder su rumbo.
El propio Jesús se enfrentó a un entorno hostil. Sin embargo, “por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz, menospreciando su oprobio…” Su fe estaba anclada en el Padre y su esperanza era inquebrantable. Es la razón por la que el apóstol Pablo exhorta a “fijar la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe”. La esperanza en Él se convierte en el verdadero medio para una vida fructífera.
Afortunadamente, la historia de Grace no terminó en desesperación. Se armó de valentía para desafiar sus creencias y entrar en las oficinas de Hábitat en Kampala, Uganda. Ese paso lo cambió todo para ella y sus hermanos. Sin esperanza, Grace no tenía ninguna oportunidad. Con esperanza, encontró un nuevo camino.
Oración
Señor, a veces los ecos de nuestro pasado y los caminos que hemos recorrido pueden nublar nuestra visión y obstaculizar nuestros sueños. Ayúdanos a vivir plenamente en Ti, a ver la vida a través de Tus ojos y a fijar nuestra mirada en Jesús, el autor y perfeccionador de nuestra fe.
Preguntas
- ¿Cómo influyen el entorno y las relaciones en nuestra esperanza y, a su vez, en nuestra capacidad de actuar con fortaleza y confianza?
- ¿De qué manera el anclar nuestra fe en Jesús, en lugar de en nuestras circunstancias o experiencias pasadas, transforma la forma en que respondemos a los desafíos y buscamos una vida fructífera?
- ¿De qué manera la decisión de Grace de desafiar sus creencias y buscar ayuda refleja el poder transformador de la esperanza y la acción para superar la adversidad?
Ronald Kiconco Ongopa es director de donaciones individuales de Hábitat para la Humanidad Internacional.
Advient-ura
Por Jennifer T. Holmes
Si se tratara de mí, yo apelaría a Dios; ante él expondría mi caso. Él realiza maravillas insondables, portentos que no pueden contarse. Él hace llover sobre la tierra; Él envía el agua sobre el campo. A los humildes los pone en alto, y a los que lloran los eleva a un lugar seguro. Frustra los planes de los astutos, para que sus manos no logren ningún éxito. Él atrapa a los sabios en su astucia, y los planes de los astutos son barridos. Las tinieblas se ciernen sobre ellos durante el día; al mediodía andan a tientas como en la noche. Él salva a los necesitados de la espada que tienen en la boca; los salva de las garras de los poderosos. Así los pobres tienen esperanza, y la injusticia cierra la boca.
Meditación
El diccionario Merriam-Webster define la palabra “pobre” como “de calidad o valor inferior” y “que carece de un suministro adecuado de algo específico”. En el capítulo 5 de Job, Elifaz comparte con Job su juicio sobre por qué Job ha perdido a su familia, su salud y sus posesiones materiales. Elifaz afirma erróneamente que la situación de Job se debe a algún pecado del que Job no se ha confesado ni arrepentido. Al formular sus suposiciones sobre Job, Elifaz afirma en el versículo 16 que “… los pobres tienen esperanza”.
¿Quiénes son los “pobres” que tienen esperanza? ¿Son personas de calidad o valor inferior? ¿Son personas que carecen de lo esencial para una calidad de vida sana, como una vivienda segura y digna? ¿Existe la suposición de que las personas en condición de pobreza son menos merecedoras o no han tomado medidas que podrían haber mejorado sus condiciones de vida, como sugiere Elifaz respecto a Job?
Esta temporada de Adviento puede ser el impulso que necesitamos para un despertar de la conciencia, un nacimiento de la sensibilización sobre la injusticia económica sistémica. Aunque sabemos que la experiencia de pérdida de Job fue una prueba de Dios para demostrar el compromiso de Job con su fe, las familias socias de Hábitat pueden estar experimentando insuficiencias por las razones a las que Elifaz hace referencia en los versículos 12-15.
Cuando Hábitat para la Humanidad, a través de la campaña de incidencia “Hogar es”, examina la legislación que afecta a la asequibilidad de vivienda, queda claro que hay poderosos sistemas que continúan perpetuando la marginación económica. Elifaz utilizó las palabras “astuto”, “planes” y “poderosos” para describir los sistemas en los que las personas en condición de pobreza son relegadas a los márgenes, donde nunca es suficiente la norma. Mediante la incidencia y el trabajo práctico, Hábitat tiene la influencia necesaria para “acabar con la injusticia”.
Que esta temporada despierte en cada uno de nosotros una Advient-ura para evaluar nuestros juicios sobre el prójimo, luchar contra la injusticia y motivarnos para ser fuente de esperanza para los que menos tienen.
Oración
Dios, envíanos en una Advient-ura a llorar con quienes lloran la pérdida de la seguridad, la justicia y la paz. Despiértanos de nuestra disonancia cognitiva para que podamos ser Tus fieles perturbadores de la injusticia. Deshagámonos de nuestros egos y nuestras comodidades para priorizar el cuidado de los más vulnerables entre nosotros. En el poderoso nombre de Jesús, nuestro Señor, amén.
Preguntas
- Cuando lees Job 5:12-15, ¿quién o qué te viene a la mente? ¿En qué Advient-ura te embarcarás para desafiar las artimañas de los poderosos?
- Cuando reflexionas sobre las graves e inesperadas pérdidas que experimentó Job y el supuesto de Elifaz sobre las faltas de Job, ¿puedes recordar un momento en el que concluiste que alguien debía ser culpable debido a una(s) situación(es) negativa(s) que enfrentara? ¿Cómo reaccionaste cuando supiste que te habías equivocado? ¿Cómo has crecido desde entonces?
- ¿Cómo puedes usar tus roles en la vida como fuente de esperanza y desafío a la injusticia?
Jennifer T. Holmes es oficial de desarrollo en Hábitat para la Humanidad Internacional. Reside en Michigan, Estados Unidos.